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La universidad que queremos

El profesor César Araya - tamaño webPor César Araya Zarricueta, Académico Departamento Educación Física UDA y Magíster en Ciencias de la Motricidad Humana

“La naturaleza de la universidad se expresa en razón de su capacidad y medios para crear los saberes y competencias a través de los cuales se desarrollan las personas, las sociedades y la humanidad. Su calidad está en hacer efectiva su naturaleza, lo que le es propio y lo que le caracteriza como universidad en las tres grandes dimensiones de la educación: la ética-cultural, la científica-tecnológica y la económico-social”.

Esta afirmación extraída del documento “Calidad y acreditación exigencias a la universidad” escrito por Juan Arríen, nos da a entender cuál sería la misión que debe llevar adelante una institución de educación superior, considerando principalmente los desafíos que día a día la sociedad exige.

Sin embargo, este proceso de formación dentro de la Universidad de Atacama y enmarcado dentro de un Modelo Educativo que busca “el desarrollo humano integral considerando, especialmente, preocupación por el crecimiento y autoafirmación personal”, no se condice con aspectos tan básicos, como son el reforzar y aumentar en nuestros futuros profesionales, la práctica de buenos modales, habilidades sociales que permiten buenas relaciones interpersonales.

En muchas oportunidades la labor de un académico universitario está enfocada a la entrega del conocimiento técnico y el “rendimiento del alumno”, olvidando que ese futuro profesional deberá relacionarse con un entorno social en constante interacción con los demás, “participando activamente en actividades de diversos ámbitos relacionadas con sus intereses y motivaciones”. 

Por ello considero importante impulsar una campaña dentro de nuestra Universidad, que considere reforzar, ya sea, a través de la labor del docente, (reforzando el aspecto transversal del currículo) o con la instalación de carteles en los campus que motiven la realización de acciones tales como la de “saludar”, “dar las gracias”, “pedir las cosas por favor”, “pedir permiso”, “pedir disculpas”, “pedir ayuda”, “dar el ejemplo”, “discutir sin ofender”, “expresar afecto”, “ayudar a su comunidad”, “ser tolerante”, “ser justo”, “ser feliz”, “ser respetuoso”, “participar”, “establecer vínculos”, “no ensuciar”, “no discriminar” etc.

Todo esto con el fin de impulsar el vivir en una “universidad más amable” donde funcionarios y alumnos entiendan lo que es vivir en comunidad, con una actitud social positiva, que nos permita mejorar nuestra calidad de vida y la del resto, incluyendo, por consecuencia, la del lugar donde vivimos.