Marzo con M de Mujer: Avanzar sin retroceder en derechos

Columna de opinión, por: Viviana Rodríguez Venegas, Directora de Género, Diversidades e Inclusión.

Este 8 de marzo, millones de mujeres en Chile y en el mundo alzaron la voz para exigir justicia y garantía de sus derechos fundamentales. El Día Internacional de las Mujeres no es una celebración, sino una jornada de conmemoración. Es el recordatorio de las barreras que aún persisten y de las conquistas que han costado siglos de organización. Sin embargo, en un contexto donde los derechos de las mujeres son constantemente desafiados, es crucial reforzar nuestro compromiso con la democracia.

La historia nos enseña que los avances en derechos no son lineales ni irreversibles. En diversas partes del mundo, los derechos conquistados están bajo ataque: desde el retroceso en políticas de igualdad salarial, la impunidad en casos de femicidio y desapariciones forzadas de mujeres. Chile no está exento de estos desafíos. Si bien, se ha logrado avances en términos de representación política, educación y legislaciones, las brechas de género siguen marcando la vida de muchas de mujeres.

Uno de los pilares fundamentales de una sociedad democrática es la garantía de derechos para todas las personas. No podemos hablar de democracia real si las mujeres siguen enfrentando situaciones de discriminación y violencia estructural. La participación política y social de las mujeres es una condición basal para el desarrollo de un país más justo y equitativo.

En este sentido, este mes de Marzo con M de Mujer, debe llamarnos a la reflexión y a la acción. El compromiso por los derechos de las mujeres es una tarea que debemos asumir como sociedad: el gobierno, instituciones públicas y privadas, comunidades deben tomar un rol activo en la erradicación de las desigualdades de género. Es necesario fortalecer las políticas públicas con perspectiva de género, garantizar la autonomía económica de las mujeres y erradicar todas las formas de violencia.

El futuro de la sociedad depende de nuestra capacidad para reconocer y erradicar las injusticias y desigualdades que aún persisten en nuestro cotidiano, es desnaturalizar las violencias que habitan a nuestro alrededor. Solo así construiremos un Chile donde todas las personas puedan ejercer plenamente sus derechos, sin retrocesos ni exclusiones.

 

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