25 de noviembre: un recordatorio doloroso de la violencia que miles de mujeres siguen viviendo

El 25 de noviembre no solo es una fecha de conmemoración, sino un grito de resistencia y un llamado urgente a la acción. Este día internacional, que recuerda el asesinato de las hermanas Mirabal en 1960, sigue siendo un recordatorio doloroso de la violencia que miles de mujeres siguen viviendo, y un momento para reflexionar sobre la persistencia de esta realidad a nivel global, nacional y local.

En Chile, la violencia hacia las mujeres continúa siendo un grave problema. En 2024 según la Red Chilena contra la violencia hacia las mujeres, se registraron al menos 40 femicidios y según la Fiscalía de Chile más de 85.000 denuncias por violencia intrafamiliar, siendo los delitos más frecuente las amenazas y lesiones. Aunque existen avances legislativos, como la tipificación del feminicidio, o la reciente Ley 21.675, la situación sigue siendo alarmante. Las mujeres enfrentan no solo la violencia física, sino también la psicológica, económica y la discriminación arbitraria en diversos ámbitos, especialmente donde el acceso a la justicia sigue siendo limitado. La revictimización y los obstáculos en las denuncias son una constante en el camino de las mujeres que buscan protección y justicia.

En la región de Atacama, durante el primer semestre de 2024, se registraron más de 1.600 denuncias por violencia intrafamiliar. Las mujeres de la región de Atacama, especialmente en las zonas rurales, enfrentan una doble vulnerabilidad: la violencia y la lejanía de los servicios de apoyo. Además, las mujeres indígenas y migrantes sufren mayores barreras para denunciar, debido a la discriminación y la falta de recursos.

Con base al contexto, este 25 de noviembre no debe ser solo un día de reflexión, sino de acción. La erradicación de la violencia hacia las mujeres es una tarea que requiere el compromiso de toda la sociedad. Debemos exigir leyes que no solo sancionen, sino que prevengan y promuevan la igualdad de género. La educación en valores de respeto y equidad debe comenzar desde la niñez, y cada una de las personas, deben comprometerse a cuestionar los estereotipos de género y a transformar la cultura patriarcal que sigue perpetuando la violencia.

Este día es una oportunidad para recordar a las víctimas que no pudieron alzar la voz, por las que siguen luchando por sobrevivir, y por las que día a día se enfrentan a la violencia. La lucha por la erradicación de la violencia contra las mujeres es, al final, una lucha por la vida, por la dignidad y por la libertad de todas las mujeres. 

El 25N debe ser el impulso para un cambio profundo y urgente para que avancemos hacia la consolidación de una sociedad atacameña más igualitaria, inclusiva y libre de violencias. 

Viviana Rodríguez Venegas 

Directora de Género, Diversidades e Inclusión de la Universidad de Atacama 

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