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8M: la necesidad de reconocer, remunerar y redistribuir el trabajo doméstico y de cuidado

Este hecho criminal, marcó la historia del trabajo, la lucha sindical y principalmente de la lucha de las mujeres, la que no ha cesado hasta el día de hoy en el que se llevan a cabo manifestaciones en todo el mundo. Es que la historia nos ha demostrado que debemos estar alertas porque “bastará una crisis económica, política o religiosa para que los Derechos de las Mujeres se cuestionen” tal como señalaba Simone de Beauvoir quien nos interpela a mantener la alerta toda la vida, porque los problemas que afectan a las mujeres no se han resuelto, sino que sólo se transforman. El objetivo es el desmantelamiento de un sistema social desigual basado en la diferencia sexual.

 

Hoy les invitamos a reflexionar sobre la necesidad de reconocer, remunerar y redistribuir el trabajo doméstico y de cuidado, haciendo énfasis en las responsabilidades del mundo público y privado. La pandemia ha dejado en evidencia la crisis en los cuidados por la que atraviesa Chile, donde además la incorporación y participación de las mujeres al mundo laboral y profesional está marcada por la perpetuación de los roles de género, la distribución desigual del cuidado y los cambios demográficos generando una sobrecarga para las mujeres minando su bienestar biopsicosocial.

Conmemoramos este día poniendo énfasis en las precarias condiciones laborales de las mujeres, en contextos marcados por el patriarcado, viviendo a diario distintas manifestaciones de la violencia, invisibilización de nuestra presencia y subrepresentación de nosotras en puestos de poder en la vida universitaria. De esta realidad se manifiesta en los resultados que entrega el Primer Diagnóstico de Relaciones de Género de la Universidad de Atacama, que entre otras cifras revela que las mujeres dedican más tiempo que los hombres al desempeño de tareas asociadas a la alimentación, la limpieza y cuidado de otras personas.

Les invitamos reflexionar sobre las acciones a desarrollar por cada persona que compone nuestra comunidad, para alcanzar el objetivo de la tan deseada igualdad; y por supuesto, las acciones institucionales a materializar en el Plan de Igualdad a implementarse este año a fin de transformar las desigualdades detectadas, para construir una Universidad horizontal, sostenible, segura y feminista.

Cada 8 de marzo, nos recuerda la importancia de la organización y asociatividad colectiva entre mujeres, a comprometernos a cambiar cada contexto donde nos desenvolvemos, a reconocer la lucha de tantas mujeres a lo largo de nuestra historia y sobre todo a mantenernos de pie y luchar cada día por “la vida que nos deben”.

Erika Collarte Pizarro
Trabajadora Social Oficina de Igualdad de Oportunidades y Equidad de Género UDA, Sede Vallenar

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