El Encadenamiento Productivo y la Diversificación Económica en Atacama: Oportunidades y Desafíos

Por Héctor Fuentes Castillo, Dr. en Economía Aplicada y director de Industria y Negocios. 

La Región de Atacama, reconocida como la puerta de entrada a uno de los sectores más áridos del planeta, se caracteriza por su vasto desierto, ricas vetas de minerales y un legado de décadas como emblema de la minería en Chile. Este sector, que ha sido el pilar fundamental de la economía regional, ha generado encadenamientos productivos que han fortalecido diversas industrias complementarias. Sin embargo, los actuales índices de especialización económica regional nos invitan a replantear el rol de la minería en el desarrollo de Atacama, reflexionando sobre la imperante necesidad de diversificar la base económica de la región para garantizar su sostenibilidad a largo plazo.

El encadenamiento productivo en torno a la minería en Atacama ha sido una fuente crucial de empleo y crecimiento económico. La región mostró un Índice de Especialización Económica significativo en el sector minero, alcanzando un valor de 3,56 en 2011, lo que evidencia una fuerte concentración en comparación con el promedio nacional. Esta especialización ha permitido que Atacama se beneficie del auge de los precios de los minerales y desarrolle una infraestructura y capacidad técnica orientada hacia el sector minero.

Sin embargo, este alto nivel de especialización también conlleva riesgos inherentes. La dependencia excesiva de un solo sector hace que la economía regional sea vulnerable a las fluctuaciones del mercado global de minerales. De hecho, aunque el Índice de Especialización en minería se mantiene elevado, ha mostrado un ligero aumento a 3,78 en 2023, lo que refleja una mayor concentración en este sector. Esta tendencia sugiere que Atacama no ha logrado diversificar su economía lo suficiente como para mitigar los riesgos asociados a la volatilidad del mercado minero.

El análisis de los índices de especialización en otros sectores económicos revela un panorama preocupante. Por ejemplo, la industria manufacturera, que en 2011 presentaba un índice de 0,14 ha experimentado una reducción a 0,13 en 2023. Este declive indica que la región está lejos del promedio nacional, y además, que ha ido perdiendo capacidades industriales clave, limitando las oportunidades de encadenamiento productivo fuera del sector minero.

Además, sectores como la construcción y los servicios también muestran altos índices de especialización, pero su dinamismo resulta insuficiente para compensar las caídas en otros sectores. La construcción, por ejemplo, aunque mantiene un índice elevado, enfrenta desafíos debido a su dependencia del sector minero para su crecimiento. Por otro lado, el sector de electricidad, gas y agua, que podría actuar como un motor alternativo de crecimiento, muestra un leve descenso en su índice de especialización, reflejando la falta de desarrollo en infraestructuras energéticas que podrían soportar un crecimiento económico más diversificado.

Para asegurar un desarrollo económico sostenible, Atacama debe diversificar su economía más allá de la minería. Esto no implica abandonar el sector minero, sino utilizarlo como una base sólida para el desarrollo de otros sectores. La región posee un potencial significativo en áreas como las energías renovables, la agricultura de alta tecnología y el turismo sostenible, sectores que aún no han sido explotados a su máxima capacidad.

La promoción de estos sectores requiere un enfoque estratégico que incluya políticas públicas orientadas a la inversión en infraestructura, la capacitación de la fuerza laboral y la creación de incentivos para la innovación. Además, fortalecer los encadenamientos productivos en estos sectores emergentes podría crear una red de interdependencias que aumente la resiliencia de la economía regional frente a las crisis globales.

El encadenamiento productivo en torno a la minería ha sido y seguirá siendo una columna vertebral para la economía de Atacama. Sin embargo, la historia reciente nos enseña que la dependencia excesiva de un solo sector es arriesgada. La diversificación económica no solo es una opción, sino una necesidad imperante para asegurar un futuro próspero y sostenible para la región. Los actores locales, incluyendo al gobierno, las empresas y la academia, deben trabajar conjuntamente para identificar y potenciar nuevas oportunidades que permitan a Atacama no solo seguir siendo una potencia minera, sino también un ejemplo de desarrollo económico diversificado y resiliente.

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