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El sentido del trabajo

 Han pasado 136 años y en nuestro país el tema de contar con mejores ambientes laborales y salariales sigue latente. Por otra parte, la Real Academia Española define al trabajo como: acción y efecto de trabajar; ocupación retribuida; cosa que es resultado de la actividad humana; operación de la máquina, pieza, herramienta o utensilio que se emplea para algún fin; esfuerzo humano aplicado a la producción de riqueza, en contraposición a capital.

Asimismo, independiente de legítimas posiciones religiosas y políticas, en el antiguo testamento, el libro del Génesis (2,15) narra el comienzo de todas las cosas y dice que Dios creó al hombre para que trabajase. En esta breve frase está el fundamento de la dignidad de la persona. Más tarde, en el siglo XIX, el filósofo y economista Karl Marx (1818-1883) anunciO: “el trabajo dignifica al hombre”. Una frase que no puede tener más vigencia.

El sitio web https://www.educaweb.com/ señala que “a diferencia del resto de animales, el homo sapiens es capaz de modificar la naturaleza con una actividad libre y consciente. El trabajo no solo es aquel lugar en el que pasamos un tercio de nuestro día a día, sino que cuenta con valores propios que el hombre adquiere cuando desempeña una labor. Además, el ser humano consigue gracias a él sentirse integrado en la sociedad, mejorar su autoestima y proyectar una imagen positiva de sí mismo ante los demás. Numerosos estudios han evidenciado que la ausencia de trabajo provoca efectos negativos en la persona y en la sociedad. Las personas que, o bien se encuentran en situación de desempleo, o bien han perdido las ayudas estatales o subsidios, muestran una elevada incidencia de sensaciones de inseguridad, aislamiento, frustración y negatividad. También implica una reducción de las relaciones sociales y en algunos casos depresión y ansiedad”. Ahora, los invito a reflexionar sobre cómo el trabajo afecta nuestras vidas y nos ayuda a ser mejores personas. Acaso el trabajo contribuye a ¿esforzarnos, construir y cumplir nuestros sueños?, ¿formar equipos y relacionarnos con otras personas en la búsqueda de un objetivo común?, ¿ayudar al prójimo a tener una mejor calidad de vida?, ¿sentir la satisfacción de la meta cumplida o el trabajo bien hecho?,¿fortalecer la empatía, perseverancia, asertividad y resiliencia?,¿practicar los valores como la lealtad, honestidad, solidaridad, y gratitud?,¿dar un ejemplo y testimonio de responsabilidad a la comunidad?, o, por último, ¿obtener un ingreso o sueldo que permita al trabajador tener un mejor bienestar económico? Por cierto, cada uno sacará sus propias conclusiones.

Finalmente, sería interesante que pensáramos cómo con nuestro trabajo podríamos engrandecer la institución donde trabajamos, qué nuevos proyectos y actividades pudiéramos realizar, y qué otros compromisos pudiéramos asumir. De esta manera, estaríamos aportando de mejor forma al cumplimiento de la visión y misión de nuestra institución, y al desarrollo de nuestra región. Así, el día que nos toque partir, lo haremos con la satisfacción del “deber cumplido” y con el sentimiento de que el tiempo vivido y compartido no fue en vano.

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