Tecnología digital e innovación para el monitoreo remoto continuo de salud cardiovascular

Columna de opinión por: Cristian Valdivia, Ingeniero Civil Informático, Proyecto Salud Digital Atacama

En mi profesión regularmente trabajo desarrollando plataformas y resolviendo problemas técnicos. Sin embargo, pocas veces había sentido la emoción de que mi trabajo pudiera tener un impacto tan directo en la vida de las personas. Como parte del Proyecto Salud Digital Atacama, me enfrenté al desarrollo del Sistema Integral de Monitoreo (SIM), una herramienta que busca conectar tecnología y cuidado de la salud en nuestra región.

Desde la versión más básica que probamos en un piloto en Los Loros, el SIM evolucionó, lo que ha sido un camino de aprendizaje y creatividad. Uno de los primeros desafíos fue la falta de dispositivos médicos compatibles con teléfonos Android para registrar y enviar datos de manera automática. La solución la encontramos en tecnología de reconocimiento óptico de caracteres (OCR), que permite a una persona tomar una foto de la pantalla de su glucómetro, tensiómetro o balanza, y mediante algoritmos de inteligencia artificial se interprete la imagen como dato y lo envíe directamente a la plataforma.

Detrás de lo técnico, lo más valioso ha sido entender que las y los usuarios son diversos. Muchas personas enfrentan brechas digitales: se les dificulta usar un smartphone, tienen problemas de visión o no saben leer ni escribir. Por eso rediseñamos la interfaz de usuario para que fuera simple e inclusiva, con botones grandes, iconos claros y pasos guiados. El objetivo era que cualquier persona, sin importar su nivel de alfabetización tecnológica, pudiera ser parte activa del monitoreo de su salud.

Hoy, alrededor de 200 pacientes de cuatro comunas ya están conectados al sistema, y juntos hemos procesado más de 37 mil mediciones a usuarios y usuarias del Programa Cardiovascular. Cada dato enviado se traduce en una alerta o confirmación que permite a los equipos clínicos actuar a tiempo. A través de un “semáforo de salud”, los profesionales saben si un paciente está estable (verde), requiere precaución (amarillo) o necesita atención inmediata (rojo).

Este proyecto también ha sido un espacio de aprendizaje multidisciplinario. Al comienzo, las terminologías clínicas y las informáticas parecían mundos distintos; hoy dialogamos con fluidez, construyendo soluciones conjuntas. Esa colaboración ha transformado al SIM en mucho más que un software: es una plataforma integral de salud digital, que nos prepara para una segunda fase con integración de APIs, alertas inteligentes y notificaciones por WhatsApp o SMS.

Como informático, en este Mes del Corazón, me emociona ser parte de este equipo que pone la tecnología al servicio de la salud pública. Cada línea de código y cada mejora de la plataforma tienen un rostro humano detrás: el de una persona que logra controlar mejor su presión, su glicemia o su bienestar diario. 

 

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