Pedagogía de las conductas motrices: La influencia de Pierre Parlebas en la propuesta de un programa educativo

Columna de opinión por: César Araya Zarricueta, académico del Departamento de Educación Física. 

“No se puede olvidar que la cognición es la materia prima de la inteligencia” revelaban allá por los años noventa los integrantes de esa brillante dupla autopoiética compuesta por Humberto Maturana y Francisco Varela, tratando de explicar la siempre compleja construcción evolutiva de la persona, la cual se entiende, es un ser inteligente con  

una particularidad irrepetible, capaz de darse cuenta de la realidad y hacerla suya con cada  acción consciente que emprende, y si esta es de carácter motriz, con mayor razón ya no cabe  la disociación cuerpo – mente. 

Como profesores/as debemos reconocer que cada persona manifiesta su  singularidad de manera espontánea e independiente. Cada vez que lleva a cabo cualquier  tipo de acción, (psico o sociomotriz), va construyendo los perfiles de su repertorio motriz  y es a través, de la observación y evaluación de los rasgos dominantes de su conducta motriz,  concepto clave acuñado por la Praxiología Motriz, que la va dotando de matices y  singularidades originales. Para Pierre Parlebas, este concepto refiere a toda la persona  completa, única e indivisible, ya que cuando el ser actúa se hace con toda la carga genética,  orgánica, afectiva, cognitiva y relacional.  

Entonces me pregunto  ¿Cuál es el papel de la praxiología motriz en la organización  del trabajo pedagógico y de la didáctica de la Educación Física? 

Teniendo como premisa las ideas de Parlebas quien manifiesta que “la Educación Física  es una práctica de intervención educativa que puede ser esclarecida a través de procesos  científicos” y que mediante el concepto conducta motriz ubicamos al ser que se mueve en el  centro del acto educativo, concuerdo en que la pedagogía de las conductas motrices, puede  ser capaz de optimizar las conductas de la persona, acorde a unos determinados objetivos. De  acuerdo a Francisco Lagardera, esta es la auténtica especificidad de la Educación Física, un  gran valor pedagógico y social pues, puede ser capaz de ayudar competentemente a modificar  de manera óptima lo que cuesta más cambiar en las personas: sus modos de actuar, es decir,  sus conductas. 

No se trata de comparar cómo efectúa un pase cada una de las personas, sino de  observar, conocer y registrar el modo distintivo que cada uno tiene para entregar ese pase, la  intención con cual lo hace y a partir de este conocimiento, poder seleccionar las situaciones  motrices o para este caso, las estrategias de aprendizaje más adecuadas, que les permitan 

modificar y optimizar sus conductas motrices.

A partir de esto creo relevante poder utilizar este conocimiento praxiológico y la sistematización de los contenidos de Educación Física comenzando en los dominios de acción  motriz, para así orientar las estrategias de aprendizaje hacia logros comunes con el aporte de  cada uno de sus integrantes que deben cumplir la tarea. Esta conducta motriz manifestada en  la acción como un fenómeno vital mucho más profundo, de ahí que se espera que las consecuencias aplicadas desde este enfoque, permitan la interacción con el entorno y para  el desarrollo de la competencia motriz, entendida como la capacidad de una persona para  emplear sus conductas motrices de manera significativa en diferentes contextos, combinando  sus saberes, emociones y actitudes para resolver un problema o alcanzar un objetivo. 

Ejemplos claros de estas manifestaciones en Chile desde la mirada de la praxiología  motriz, son los contenidos que se tratan en la asignatura Educación Física y Salud,  establecidos en las bases curriculares implementadas a partir del año 2015, (hoy en plena  revisión y actualización), y que se asocian a dominios de acción motriz y dimensiones de  análisis tales como deportes, (sistemas praxiológicos), juegos motores, (etnomotricidad), 

adaptación motriz ambiental, (conciencia corporal), prácticas motrices Introyectivas, (autoconciencia, autoconocimiento) y Salud, (bienestar integral). 

Mi propuesta denominada Soci@Activ@s es también una instancia donde se abordan  estas dimensiones, modificando la conducta motriz bajo la premisa de, primero preparar para  compartir y por qué no, para desde ahí avanzar hacia el competir, algo que tampoco debemos  dejar de considerar, ya que nuestra sociedad actual, a menudo cegada por una competitividad  excesiva, prioriza el logro externo y el éxito en comparación con la superación personal, la cual  se enfoca en el crecimiento interno y la mejora individual continua. Esta mentalidad puede  generar frustración y descuidar el bienestar emocional a quienes no han sido preparados/as  bajo este enfoque, que busca, a través de procesos de aprendizaje que incluyen la exploración  de habilidades motrices, la práctica consciente de acciones motrices y la reflexión sobre esas  experiencias, siendo relevante utilizar estrategias como el aprendizaje cooperativo, el refuerzo  positivo de comportamientos deseados y la intervención pedagógica enfocada en la diversidad  de movimientos, exploración y reconocimiento de posibilidades. 

Finalmente y en el ámbito de la inclusión y equidad educativa, es válido recordar que la  praxiología motriz se enfoca en el análisis de las acciones motrices tales como los juegos, para  entender y promover la inclusión en Educación Física Escolar, buscando eliminar barreras y  creando un entorno donde todos las/los estudiantes, independientemente de sus  características, participen y se sientan valorados. Se usan juegos adaptados, reglas flexibles,  y estrategias que priorizan la interacción social y el éxito de todos/as, fomentando el respeto,  la empatía y la construcción de relaciones sólidas entre sus participantes.

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