Recorrido por la Mina Escuela, circuitos guiados, entre otras actividades marcaron esta celebración.
Las tradiciones y los hitos de la Universidad de Atacama se mantienen más vivos que nunca. Esta vez, la renovación de la insignia de la institución educativa, enclavada en el cerro Candelero, marcó el aniversario de la Escuela de Minas de Copiapó, que celebró sus 167 años desde su creación.
El origen de esta institución se remonta al 11 de abril de 1857, con la creación de la Escuela de Minas de Copiapó bajo la presidencia de Manuel Montt. Este hecho histórico dio inicio a lo que hoy conocemos como la Universidad de Atacama, que actualmente ofrece 24 carreras diurnas dentro de las 7 Facultades que alberga.
Ignacio Moreno, estudiante de primer año de Ingeniería Civil en Minas, destacó “Me pareció muy recreativo, fue un honor para nosotros participar en una actividad tan importante en la universidad”.
Actividades
La cohorte 2024 de la carrera de Ingeniería Civil en Minas fue la encargada de retomar el pintado de la insignia, una tradición que trasciende desde hace años y que debido a la pandemia fue pospuesta.
“La insignia que está tatuada sobre nuestra universidad es un símbolo reconocido por cualquier persona que vive en nuestra región, incluso para cualquier persona que haya pasado por la ciudad. Por ende, puede ser clasificada como uno de los sellos de nuestra ciudad. En ese sentido, se vuelve un honor que los estudiantes de nuestra carrera tengan la misión de conservarla viva en el tiempo. Es una responsabilidad que se ha traspasado generación por generación, y así esperamos que se mantenga”, reflexionó el académico del departamento de Minas, Francisco Saavedra.
Respecto a esta iniciativa, Brian Molina, estudiante de Ingeniería Civil en Minas, destacó “Es algo que nos llama, nos refuerza como estudiantes. Una tradición que llevamos desde hace tiempo. Es fundamental para sentirse identificados con la carrera y la universidad. Creo que esto refuerza el sentimiento que siente hacia la carrera”.
Por su parte, Jasmín García, estudiante de la misma carrera comentó “Considero que es una actividad súper importante, creo que le da sentido de pertenencia tanto para quienes están en la carrera como para quienes están ejerciendo. La idea es que adquieran este sentido de la pertenencia, se vayan conociendo, y puedan generar lazos y amistades”.
La tradición de pintar la insignia forma parte de la bienvenida a las nuevas generaciones de la carrera, marcando su ingreso a la enseñanza superior. Esta práctica, única en nuestra institución, no se replica en otras casas de estudios, convirtiéndose en un evento especial y significativo para los futuros ingenieros e ingenieras.
La iniciativa, liderada por el Centro de Estudiantes del Departamento de Minas, no solo incluyó la renovación de la insignia, sino que también contó con otros momentos significativos. Destacó el recorrido por la mina Escuela Casimiro Domeyko, un espacio que hoy en día se ha convertido en un auténtico «aula al aire libre», donde las nuevas generaciones continúan aprendiendo de la historia y la práctica minera. Además, se llevaron a cabo charlas y circuitos guiados por el Departamento de Minas, enriqueciendo aún más la experiencia de las y los nuevos estudiantes.